Arribamos a una economía del conocimiento donde nos falta conocer cuál es la naturaleza actual de la empresa. Esto se debe a que apurados por la rentabilidad financiera, hemos dejado de lado varios elementos esenciales de la misma... hasta que nos dimos cuenta que esta rentabilidad dependía de Io que habíamos menospreciado; por ejemplo, porque solamente dirimiendo los retos de la innovación y la competitividad es posible formar parte de esa nueva economía donde las utilidades no caen del cielo ni vienen dentro de las computadoras. Una vez pasada la Fiebre del Oro de las empresas punto.com, la realidad de los mercados virtuales y mundializados nos muestran las nuevas potencialidades de las empresas en todos sus niveles, desde las mega-organizaciones hasta las unipersonales pasando por las pequeñas y medianas. No es novedoso que existan empresas, pero sí que todas las filiales de una determinada puedan consultar en tiempo real la base de datos que tiene su delegación de Tumbuctu. Tampoco es nuevo que la abuelita sea quien mejor prepara los romeritos, pero sí es reciente que pueda brindar asesoría personalizada vía chat a la señora Cecescu de Albania. ¿Cómo podemos leer la teoría económica de la empresa en la perspectiva de estas nuevas realidades? Tres pistas. Comenzando por desechar toda visión mecanicista de la misma que se acorace en el lenguaje formal. Familiarizándonos con el aporte básico de diversos autores que no se retrasaron en la ortodoxia. Y valorando un enfoque institucional que resulta de la acumulación de conocimientos, pero no de una impronta genial.
Book is in Spanish. No writing or highlighting. Spine uncreased. Binding tight.